Desde hace más de veinte años, el desarrollo del comercio está directamente relacionado con el devenir de la tecnología. Y es que a estas alturas a nadie sorprende que la mayor parte de las transacciones comerciales se realicen a través del Mobile commerce. Algo que se puso de manifiesto de manera clara durante el confinamiento por el COVID 19 la pasada primavera y seguirá imponiéndose en los próximos años.
Estas transacciones se realizan en cualquier lugar y a cualquier hora. Y aunque hasta hace poco lo habitual era sentarse delante del PC para comprar o mirar las tiendas virtuales, cada vez son más las personas que lo hacen desde sus teléfonos o tablets. Lo que ha conllevado la necesidad de hacer ajustes en las páginas web de las empresas, entidades o profesionales.
Para facilitar que las personas usuarias puedan realizar la compra desde los dispositivos portátiles, se han desarrollado numerosas herramientas. Y se han puesto en marcha determinados protocolos que permiten adaptar lo que hay en la web a las particularidades de las pantallas de estos nuevos terminales.
Esto no es un capricho, sino una necesidad. Y es que el volumen de negocio que se hace a través de teléfonos y tablets es incluso superior en muchos casos a los que se realizan desde los PC. Lo que ha conllevado que las empresas hayan centrado sus esfuerzos en lo que ha venido a denominarse como Mobile commerce (m-commerce). Y es que el teléfono móvil ha dejado de ser únicamente una herramienta de comunicación, ahora se ha convertido en la manera que preferimos para relacionarnos con el mundo, para socializar o para interactuar con entidades y personas. Y quienes deseen establecer contacto con los consumidores deben hacer el mismo esfuerzo para poder encontrarlos y establecer comunicación directa con ellos y ellas.
Por todo ello, la navegación con el teléfono móvil exige que adaptemos nuestras páginas web a este nuevo formato. Es lo que se denomina optimización de la navegación móvil y es imprescindible para adaptar los contenidos que queremos poner al alcance de las personas usuarias a este nuevo formato. Esta labor deben realizarlas profesionales del diseño y del marketing digital para que podamos obtener los resultados deseados. Profesionales como los que trabajamos en B2B Activa que somos especialistas en todo lo que guarda relación con las comunicaciones digitales y en los numerosos cambios que se van produciendo en este ámbito.
Esto es de vital importancia, sobre todo si queremos tener visibilidad en los buscadores. Y es que Google (la herramienta de búsqueda más utilizada por los internatutas) decide el posicionamiento de una página web en función al grado de adaptación que tenga la página web para los distintos formatos. Y es que hay que recordar que esta ductilidad (que se denomina responsive en la jerga profesional) es necesaria, no sólo para el Mobile commerce sino también para las tablets así como todo tipo de dispositivos o posibles terminales con conexión a Internet.
Esta navegación debe contener la información esencial de los productos y servicios; imágenes de gran calidad en las que se muestre el producto en su totalidad y aquello que consideremos fundamental en nuestra transacción: periodos de entrega, precios de envío, particularidades que hacen al producto singular, etc.
Además, hay que facilitar al máximo el proceso de compra (debe constar de dos o tres pasos, nunca más) y habilitar pasarelas de pago seguras con las que poder ganarse la confianza de nuestra clientela. Aspectos fundamentales que deben adaptarse también a las nuevas formas de relaciones comerciales nacidas a partir del uso generalizado de los teléfonos como espacio de compra.
En caso de que no se realice esta adaptación, la persona usuaria encontrará muchas dificultades para navegar y optará por acudir a otra empresa donde pueda adquirir los servicios o productos que necesita.
